Espacio Micus fusiona arte, naturaleza y creatividad. Ubicado cerca del pintoresco pueblo de Jesús, este espacio cultural fue creado por el pintor alemán Eduard Micus en 1972, cuando adquirió una antigua ruina de casa payesa y la transformó en su hogar y taller de arte. Hoy en día, Espacio Micus es uno de los principales puntos de encuentro para artistas en Ibiza, ofreciendo exposiciones de arte contemporáneo, combinando el arte con la naturaleza. Las exposiciones regulares permiten a los visitantes descubrir las obras de Eduard Micus, así como de artistas locales e internacionales.
Ubicado en las tranquilas tierras cercanas al pintoresco pueblo de Jesús, Espacio Micus es mucho más que una galería de arte; es una obra viviente, un testimonio del amor por la naturaleza y la creatividad. Este singular espacio fue diseñado por Eduard Micus para su arte, el pintor alemán que, en 1972, adquirió lo que entonces era una ruina de una casa antigua payesa en el campo y vivió allí con su mujer y en el piso de arriba tenía su taller donde trabajaba. Desde el primer tiempo, la propiedad comenzó a transformarse en algo más que un hogar: un refugio de inspiración, conexión con el entorno y, por supuesto, arte.
Micus, quien dedicó su vida a la pintura, no solo encontró en este lugar un espacio para su trabajo, sino también una manera de convivir con la naturaleza y las tradiciones locales. Aprendió a recolectar agua de lluvia e integrarse con la comunidad de la isla, cuyos habitantes, a su vez, fueron testigos del desarrollo de su obra y del espacio que, con el tiempo, se convertiría en este sitio único.
Tras su fallecimiento en el año 2000, la hija de Eduard, Katja Micus, asumió el legado de su padre y continuó con la visión de este espacio único. Desde entonces y a instancia de Katja, Espacio Micus se ha transformado en un punto de encuentro para artistas de diversas disciplinas. Pintores, escultores, fotógrafos y otros creadores tienen la oportunidad de exponer sus obras en este lugar tan especial, donde la luz y el espacio son elementos esenciales en la experiencia artística.
El diseño del espacio, tanto en sus interiores como en sus exteriores, es una obra de arte en sí misma, respetuosa con el entorno y el clima mediterráneo. Eduard Micus diseñó el espacio para su arte. por lo cual está maximizado la superficie de paredes y las ventanas se dirigen o abren sólo hacia fuera donde sea necesario o hay relación con el entorno. Sus ventanales y huecos estratégicos permiten que la luz natural se cuele de manera única, y el juego de sombras que transforma cada rincón a lo largo del día, el espacio se integra perfectamente con el paisaje. La luz no sólo ilumina las obras expuestas, sino que también dialoga con ellas, creando una atmósfera cambiante que refleja el paso del tiempo y las estaciones. Todo esto contribuye a que cada visita al Espacio Micus sea una experiencia sensorial profundamente conectada con el ambiente que la rodea.
Además, Espacio Micus está enclavado en un área verde que invita a la exploración. Con hermosos rincones y obras al aire libre, los visitantes pueden disfrutar no solo de las exposiciones en su interior, sino también de un recorrido por el jardín, donde el arte se fusiona con la naturaleza. Estos espacios exteriores se convierten en otro punto de interés para quienes visitan el lugar, creando una sinergia entre el arte, el paisaje y el clima mediterráneo.
Espacio Micus está abierto al público los domingos, ofreciendo la oportunidad de descubrir no solo parte de la obra de Eduard Micus, sino también una variedad de exposiciones temporales. Cada domingo, los visitantes pueden disfrutar de un recorrido único, donde las piezas del artista se combinan con nuevas propuestas de artistas locales e internacionales, creando un ambiente de constante renovación y diálogo artístico.
Hoy en día, Espacio Micus es un lugar referente y vibrante, lleno de vida y creatividad, donde el arte y la naturaleza se encuentran para ofrecer experiencias inolvidables. Cada exposición es una invitación a explorar las distintas formas de expresión artística y a sumergirse en la historia de un lugar que, en sí mismo, es una obra maestra en constante evolución.